jueves, 30 de junio de 2011

Comida de fin de curso 2011

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2 comentarios:

  1. Luigi

    Media tarde del primer domingo de Julio. Cae una lluvia tibia, mientras se oyen lejanos truenos, y al fondo se abre paso un resplandor entre las oscuras nubes . Estoy en la terraza, oyendo las hojas moverse al peso de las gotas y el empuje de la brisa. Hace pocas horas, al final de la mañana, he vivido, aquí mismo, un luctuoso suceso que me ha dejado el ánimo encogido. Un tremendo golpe sobre el toldo, seguido de un golpe seco, me ha hecho asomarme a ver la causa; he visto un desgarro importante en la tela y al mirar hacia abajo el cuerpo de un hombre sobre la acera, inmóvil, con un reguero de sangre manando de su cabeza. Nadie en la calle. Afortunadamente en casa, solo yo. Mientras bajaba nervioso, iba llamando al 112, urgiendo el envío de un samu, aunque temía lo peor. Me han dicho que no lo tocara, me he acercado y desgraciadamente he confirmado mis sospechas. Era Juan, un vecino viudo del cuarto, de 86 años, dos hijos, al que apreciada por su carácter franco y abierto. Vivía solo, todavía se valía lo suficiente, aunque ayudado por una asistenta. Mientras trataba de localizar a su hermano, también vecino, ha llegado la ambulancia y y la policía. Han corroborado su muerte. Queda por esclarecer la causa, si accidental o voluntaria. Descanse en paz.

    La luz se va haciendo dueña del cielo. La tormenta pasa. La vida sigue, inexorable. He entrado en el blog, he visto las fotos, recordado el estupendo día que pasamos juntos, la risas, el baño de aguas limpias, sin cloro, con peces de colores nadando a nuestro alrededor, un par de buenos melones (de huerta) flotando con su jugosa promesa, el sol brillante y el aire fresco entre el mar de verdes naranjos. La paella “salió” buena, bastaba la presencia de Antonia, aún sin tocarla, para garantizarlo. Ni el sabroso aperitivo evitó que quedara más agotada que un sueldo mileurista a fin de mes. Aunque como buenos deportistas no bebemos alcohol, nos pusimos a tono de cerveza, vino, sangría … que sino el arroz no hincha. Y con los exquisitos dulces que ya quisieran las Clarisas (amén de haber vivido lo que nuestras reposteras) abundante mistela y espumoso de moscatel, ese magnífico invento chestano. El día pasó como un suspiro, fue un estupendo fin de curso. En Septiembre volveremos con nuevos bríos.

    Este comentario no ha sido muy alegre, pero estos sucesos trágicos nos hacen más conscientes, valorar más las cosas de la vida, las pequeñas especialmente, los buenos momentos vividos con los amigos, en la naturaleza, en cualquier sitio: la vida pasa rápida, y no hay moviola para repetir la jugada.

    Un fuerte abrazo.

    ¡ Portaos bien y no os metáis en líos, chic@s !

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  2. Jorge

    AMIGO LUIS COMO SIEMPRE SABES EXPRESARTE Y CONTAGIAR TU ALEGRÍA DÍA A DÍA APESAR DE LAS ADVERSIDADES DE LA VIDA
    TUS AMIGOS QUE TE APRECIAN UN MONTÓN

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