Aunque no llegaron a la manos, los primeros filósofos griegos disputaron con pasión sobre la esencia primordial de la naturaleza. Tales aseguraba que era el AGUA, Anaximenes el AIRE, Heráclito el FUEGO, Anaximandro lo INDEFINIDO (ascendencia gallega), Demócrito los ATOMOS ( ¡ bingo !)… A pesar de que éste último pareció acercarse a lo que postula la física moderna, en Pasetapaset nunca damos por cierta una teoría sin verificarla, por lo que partimos hacia Chera para comprobarlo. Allí se aúnan lo profundo (Cueva de la Garita) y lo elevado (Pico Ropé).
Los diez aventurer@s partimos de Valencia con viento fresco, y con viento mas fresco llegamos a nuestro destino. Aparcamos las monturas y nos dimos un chute de vitamina C a la salud de los dioses del Olimpo para afrontar los riesgos con garantía. Llevamos también una larga soga, no para colgarnos si fallábamos en nuestra misión, sino para descender al centro de la tierra si era necesario. Así emprendimos con ánimo y semicongelados el cómodo camino del Pico Ropé. Cómodo pero ascendente, bueno para calentar el cuerpo. Justo en el desvío a la izquierda que habíamos de tomar dejando la pista nos paramos a almorzar. A partir de este punto el desnivel se acentúa, y hemos de cargar el depósito. Lo cargamos bien, hemos traído buen combustible. Y como dicen en Albacete, con buena….
Pisando TIERRA fuertemente vamos comprobando la solidez del primer elemento. Cada metro lo hemos de sudar: la pendiente se hace cada vez mas pronunciada, ya nos va sobrando alguna prenda. Pero según ganamos altura aparece con mas claridad el segundo elemento. El último tramo de la ascensión, de gran dureza, es batido por un fortísimo AIRE, que nos ventila como si fuéramos polillas. Viene helado, en cualquier momento parece que vaya a nevar. ¡ Y hemos venido casi como si esto fuera Benidorm ! Alcanzamos la cumbre: impresionante vista de la Hoya de Chera, el pantano de Buseo, el cañón de Chulilla, el brumoso mar….Fotos de grupo junto al panel, y agarrados al pilón geodésico, que el huracán nos lleva….El guarda forestal, en su guarida, calentito. ¿ Se apiadará de nosotros y nos invitará a un corajillo ? Nada, ni un saludo, así que enfilamos la vuelta…
El camino es ahora más suave, vamos charlando relajados contemplando al fondo la impresionante senda por donde hemos subido, tenía miga.. Y al poco aparece el AGUA. Rápidamente sacamos nuestra elegante vestimenta “ pal casu”, colorida como el arco-iris, fashion a tope, diríase un desfile de la marca Durex, acreditada como ninguna en chubasqueros. Véase la magnífica documentación gráfica. Pero ya se sabe, es ponerse el chubasquero y al poco… aparece el sol, puro FUEGO, el elemento que faltaba . Así vamos jugando al gato y al ratón, sol y agua, agua y sol, disfrutando del paisaje, pasamos por el mirador del parque geológico, desdeñamos el ruinoso castillo, y nos dirigimos a la Cueva de la Garita, donde tenemos reservada mesa en la terraza. Allí comemos el “menú luquihay“, especialidad de la casa, buena relación calidad-precio. Y de pronto, ¡¡¡HIELO!!!. ¡ Coño, de esto no decían nada los presocráticos esos ! Un granizado de postre no esta mal, pero una granizada… Zeus nos castiga por incrédulos. Desbandada general, nos refugiamos en la cueva donde además de explorarla, se ensaya El lago de los Cisnes, por si el agua llega hasta allí.
Calmado el cielo, tomamos la recta final hasta el pueblo por la Casa del Conde, bastante deteriorada la pobre, y llegamos a Chera, causando sensación con nuestra distinción.. En el bar de los jubilados, que nos recomienda un paisano por su precio asequible ( joder,¿ tanto se nos nota ?) nos tomamos un cafetito, rodeados de venerables ancianos que por su edad, bien podrían ser.….PRESOCRATICOS.
TIERRA, AIRE, AGUA, FUEGO… Y ALGO MAS.
ResponderEliminarAunque no llegaron a la manos, los primeros filósofos griegos disputaron con pasión sobre la esencia primordial de la naturaleza. Tales aseguraba que era el AGUA, Anaximenes el AIRE, Heráclito el FUEGO, Anaximandro lo INDEFINIDO (ascendencia gallega), Demócrito los ATOMOS ( ¡ bingo !)… A pesar de que éste último pareció acercarse a lo que postula la física moderna, en Pasetapaset nunca damos por cierta una teoría sin verificarla, por lo que partimos hacia Chera para comprobarlo. Allí se aúnan lo profundo (Cueva de la Garita) y lo elevado (Pico Ropé).
Los diez aventurer@s partimos de Valencia con viento fresco, y con viento mas fresco llegamos a nuestro destino. Aparcamos las monturas y nos dimos un chute de vitamina C a la salud de los dioses del Olimpo para afrontar los riesgos con garantía. Llevamos también una larga soga, no para colgarnos si fallábamos en nuestra misión, sino para descender al centro de la tierra si era necesario. Así emprendimos con ánimo y semicongelados el cómodo camino del Pico Ropé. Cómodo pero ascendente, bueno para calentar el cuerpo. Justo en el desvío a la izquierda que habíamos de tomar dejando la pista nos paramos a almorzar. A partir de este punto el desnivel se acentúa, y hemos de cargar el depósito. Lo cargamos bien, hemos traído buen combustible. Y como dicen en Albacete, con buena….
Pisando TIERRA fuertemente vamos comprobando la solidez del primer elemento. Cada metro lo hemos de sudar: la pendiente se hace cada vez mas pronunciada, ya nos va sobrando alguna prenda. Pero según ganamos altura aparece con mas claridad el segundo elemento. El último tramo de la ascensión, de gran dureza, es batido por un fortísimo AIRE, que nos ventila como si fuéramos polillas. Viene helado, en cualquier momento parece que vaya a nevar. ¡ Y hemos venido casi como si esto fuera Benidorm ! Alcanzamos la cumbre: impresionante vista de la Hoya de Chera, el pantano de Buseo, el cañón de Chulilla, el brumoso mar….Fotos de grupo junto al panel, y agarrados al pilón geodésico, que el huracán nos lleva….El guarda forestal, en su guarida, calentito. ¿ Se apiadará de nosotros y nos invitará a un corajillo ? Nada, ni un saludo, así que enfilamos la vuelta…
El camino es ahora más suave, vamos charlando relajados contemplando al fondo la impresionante senda por donde hemos subido, tenía miga.. Y al poco aparece el AGUA. Rápidamente sacamos nuestra elegante vestimenta “ pal casu”, colorida como el arco-iris, fashion a tope, diríase un desfile de la marca Durex, acreditada como ninguna en chubasqueros. Véase la magnífica documentación gráfica. Pero ya se sabe, es ponerse el chubasquero y al poco… aparece el sol, puro FUEGO, el elemento que faltaba . Así vamos jugando al gato y al ratón, sol y agua, agua y sol, disfrutando del paisaje, pasamos por el mirador del parque geológico, desdeñamos el ruinoso castillo, y nos dirigimos a la Cueva de la Garita, donde tenemos reservada mesa en la terraza. Allí comemos el “menú luquihay“, especialidad de la casa, buena relación calidad-precio. Y de pronto, ¡¡¡HIELO!!!. ¡ Coño, de esto no decían nada los presocráticos esos ! Un granizado de postre no esta mal, pero una granizada… Zeus nos castiga por incrédulos. Desbandada general, nos refugiamos en la cueva donde además de explorarla, se ensaya El lago de los Cisnes, por si el agua llega hasta allí.
ResponderEliminarCalmado el cielo, tomamos la recta final hasta el pueblo por la Casa del Conde, bastante deteriorada la pobre, y llegamos a Chera, causando sensación con nuestra distinción.. En el bar de los jubilados, que nos recomienda un paisano por su precio asequible ( joder,¿ tanto se nos nota ?) nos tomamos un cafetito, rodeados de venerables ancianos que por su edad, bien podrían ser.….PRESOCRATICOS.
¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos !