viernes, 2 de noviembre de 2012

Excursión Nº 18 Fuentes de Ayodar 27-10-2012


Plano 1

 Plano 2

•Comunidad Valenciana
• Provincia   Castellón
• Comarca Alto Mijares
• Partido judicial Nules
• Altitud 505 msnm
• Distancias 104 km a Valencia

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2 comentarios:

  1. Carta. De Julio Cesar en Galia, para Publio Mamilio, en Capri.

    Salve, Publio.
    Sé de la recuperación casi total de tus heridas, lo que me causa gran alegría. Aquellos bárbaros germanos te mutilaron salvajemente, pero no pudieron sacarte ninguna información de nuestros planes. Por suerte llegamos a tiempo de rescatarte, aun a costa de la pérdida de cincuenta de nuestros mejores hombres.
    Sirvan estas letras para distraerte un poco y provocar, quizás, una sonrisa escéptica en tus labios.

    He aprovechado que el otoño está siendo muy lluvioso y frío aquí en Marsilia, paralizando la hostilidad de las tribus, para hacer una incursión de caza en la Hispania Citerior, de la que guardo gran recuerdo pues ya sabes que allí inicié mi ascenso en la carrera política como cuestor, con gran provecho económico. Con un reducido grupo de mis leales nos desplazamos a una agreste sierra, entre el sur de Tarraco y el norte de Valentia, donde me aseguraban había abundantes jabalíes, por el alanceo de los cuales sabes siento debilidad desde mi juvenil aprendizaje de tal caza al modo de mi venerado Alejandro. La sierra es preciosa, con abundante agua debido a las últimas lluvias, y efectivamente, la caza fue abundante, aunque perdimos tres canes y un esclavo en la fiera lucha.

    Los sacrificios matutinos de los augures dieron extraños signos : un pichón con riñón desplazado y piedrecilla de cuarzo en el hígado. Un ganso con el corazón manchado y hernia en el diafragma. Me advirtieron de posibles sucesos de ignotas causas. Y ahora Publio has de creerme ¡ por Júpiter !. Nos topamos por lo alto de esas tierras con un grupo de cuatro individuos, iberos quizás, desde luego civilizados romanos no eran, con la más extraña indumentaria que puedas imaginar. No constituían ninguna amenaza: además de su escaso número tenían la edad de nuestros más respetables senadores, y por toda arma llevaban un ridículo báculo que no hubiera resistido el envite de una espada de madera con la que entrenan nuestros púberes muchachos.
    Estaban ágiles, eso es cierto, brincaban por las peñas como esos carneros de retorcida cornamenta que pueblan las cimas de los altos montes alpinos. No vestían pieles, ni por supuesto nuestra túnica: ridículas piezas de tosca tela cubrían sus piernas totalmente por separado, y la parte superior eran de paño de vivos colores. Bebían un jugo oscuro y dulzón al que llaman “tinto de verano“, que hice probar a un esclavo y dice se parece algo a nuestro hidromiel.
    Su cabeza la adornaban (pues otra utilidad no le veo) con otro paño prolongado por delante de la frente, lo que sin duda limitaría su visión… absurdo. !!.Por todos los dioses, jamás había visto algo así, parecían mariposas en celo !!

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  2. Poco pudimos comunicarnos con ellos, pues aunque su lengua tenía una lejana resonancia con la nuestra, y un tal Rafi conocía algo de latín, sus discursos eran incoherentes e increíbles. Afirmaban haber salido de Valentia apenas unas horas antes, cosa imposible, y estar recorriendo esta sierra por puro gozo, andando por amor a la naturaleza sin ningún provecho material, ni siquiera la caza. Incomprensible.
    Ellos estaban tan sorprendidos de vernos a nosotros como nosotros a ellos. Pensé en llevarlos como esclavos y pasearlos como botín por las calles de Roma, pero como su aspecto no es precisamente fiero, temo las temibles puyas de Cátulo y Cicerón, así que decidimos perdonarles la vida a cambio de que guardaran silencio.

    Marcharon alegres y satisfechos, pues aseguraban haber hecho una fantástica ruta, y además haber conocido al gran Cayo Julio Cesar, futuro dictador de Roma, predecían; y desde luego no dirían nada, pues nadie les creería.

    Tan pronto como pueda a verte a Capri, y hablaremos de la situación de la República, de Pompeyo,de Marco Antonio y de las bellas y coquetas mujeres de la Galia, que como sabes, junto con el poder, son mi otra gran pasión.

    ¡ Pueri bonorum, et malum non commmiscearis !

    ¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos !

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