lunes, 5 de diciembre de 2011

Excursión Nº 30 Cirat el Salto de la Novia 03-11-2011

 Portada

 Plano 1

 Plano 2

• Provincia Castellón
• Comarca Alto Mijares
• Partido judicial Nules
• Altitud 339 msnm
• Distancias 114 km a Valencia

 Foto1

 Foto2

 Foto3



2 comentarios:

  1. LA NOVIA ESPABILA

    ¡ No lo podíamos permitir! Nuestras heroicas gestas montañeras y científicas no han endurecido nuestro corazón ni vuelto altanero nuestro carácter. Somos humanos. Si nos pinchan, ¿no sangramos ? Si nos hacen cosquillas ¿no reímos? Pues eso…

    Conocedores de un desdichado augurio próximo a materializarse en lo más profundo de la sierra Espadán, donde una virginal novia, de amor desesperada, pretendía saltar al vacío desde un alto acantilado, decidimos impedirlo. ¡ Novias como ésta ya no quedan, y menos virginales, pardiez !

    Una comisión de ocho integrantes (evitaré la expresión “miembros” por inapropiada en esta ocasión) partimos raudos hacia Cirat, ya que era en término de tan lindo pueblo donde amenazaba la tragedia. Un precioso paisaje otoñal nos recibió, mas el cielo cubierto y el pueblo vacío y melancólico nos hacían temer lo peor. Rápidos hicimos las ofrendas mandariniles, y nos pusimos en camino.

    Asomándose al balcón intentó una vecina desviarnos de nuestra misión, bajo el pretexto de un camino más corto, pero nuestro “parato” nos guiaba firmemente. Iniciamos la subida por un antiguo camino de burros; sin darnos por aludidos nos adaptamos perfectamente a él, disfrutando del verde paisaje y el canto de las urracas y otras aves del bosque. Pronto empezamos a ver gran cantidad de variedades micológicas, entre las cuales pudimos distinguir la inconfundible “amanita faloides“, y otra de color parduzco oscuro que al parecer llaman por allí “vulvum niger”. Ninguna de ellas nos llevamos a la boca, antes por precaución que por recato.

    ResponderEliminar
  2. Almorzamos de buen grado en Carmelo’s Coffee, rematando naturalmente con un café negro, puro, sin azúcar, como los buenos degustadores. Al poco llegamos a un bonito paraje, con salto de agua y piscina natural, de aguas cristalinas y sabor salado, al parecer muy apreciado por caballerías y cabras. ¡ Mecachis ! Hubo que bajar por un difícil tobogán embarrado, llegamos hasta el final, pero…ni rastro de la novia. Solo unas piedras cubiertas con grandes hojas vegetales, indicio de haber servido para…¿Quién sabe?

    Volvimos a retomar el camino y ascendimos hasta un mirador con maravillosa vista sobre el conjunto. Foto de grupo, y bajada hasta la parte superior de la cascada. Desde allí arriba veíamos la piscina y una extraña calva que parecía apuntarnos con algo amenazador, quizá una cámara, pero por si acaso nos largamos.

    No habiendo encontrado vestigio alguno de la novia, ni siquiera una liga, nos entregamos a nuestro poderoso raciocinio especulativo-deductivo-semántico con la siguiente conclusión : saltar equivale a tirarse, la novia debía de estar hasta el moño de ser virginal, ergo se deduce que lo que quería era hacer el “salto del tigre” sobre el novio…¿sería el de la calva?.

    Ya mas relajados seguimos nuestra ruta pisando charcos, patinando sobre el barro, recogiendo piedras preciosas que casi nos saltaban a las manos, despreciando ingentes cantidades de boletus, parando a comer en un acogedor abrevadero con espectacular vista sobre una frondosa ladera con enormes riscos de aspecto inquietante y desconocido origen. Reemprendimos el camino a buen ritmo y pronto tuvimos el pueblo en nuestras retinas. Visita turística: plaza, iglesia, mezquita (los cuatro bloques que sobrevivieron), torre medieval, y cafetito en el bar (deben de dar muy bien de comer, el posadero estaba redondo). Todo magníficamente documentado gráficamente, como podéis ver. Ya de vuelta en los coches se soltó la lluvia, que nos respetó toda la ruta, premiando nuestra altruista misión. Gracias Pedrito.

    ¡ Portaos bien y no os metáis en líos, chic@s !

    ResponderEliminar