Cien años después del gran desafío entre los dos exploradores que llegaron por primera vez al Polo Sur, Scott y Amundsen, con trágica consecuencia para el equipo de Scott (murieron todos a su regreso), quisimos rendirles homenaje en estos días de frío polar. Ambas expediciones fueron de extraordinaria dureza por las condiciones climáticas extremas y ausencia de auxilio posible, sin medios mecánicos, todavía inexistentes.
Como no queda ningún polo por conquistar, decidimos hacer un experimento científico e ir a Tavernes de la Valldigna, lugar no tan lejano ni épico, pero de sonoro nombre y bastante más asequible. Bien conocidos son los fenómenos de dilatación y contracción en los metales, pero… ¿Cómo afectarán las bajas temperaturas a la materia orgánica en sus dimensiones físicas ? En concreto a su longitud y volumen, así como a su dureza. Por ejemplo: ¿en que medida se reducirá un adminículo cilindrín de 20 cm (es un suponer) ?. ¿ Y cuanto se contraería y endurecería un volumen tetacónico de talla 110 (otro suponer) ?
Dispuestos a afrontar el desafío de averiguarlo, dos féminas y dos varones (paridad aconsejable en este tipo de experimentos) partimos hacia la cumbres de la Safor, comarca con gran prestigio en el calibrado de cítricos y otros frutos. Llegado que hubimos, emprendimos sin demora la aventura con gran dificultad, pues un enorme Club de Tenis se empecinaba en ocultarnos el camino. Resuelto el problema ( parato mediante) subimos la ladera hasta el primer cruce, disfrutando mientras subíamos de las primeras vistas sobre un mar refulgente, y el valle que se iba desperezando y coloreando con fuerza. Dejamos el desvío a Sant Llorens y almorzamos con la habitual armonía y apetito, siguiendo a continuación la senda del PR 39 por el Camí Massalari, bordeando el macizo entre frondosa vegetación mediterránea, que a veces casi cerraba el camino. Llegados al cruce que habíamos de tomar para subir a Les Creus, encontramos a un grupo de senderistas algo menos otoñales que venían en sentido inverso, y con amabilidad pero algo de suficiencia nos preguntaron “¿vais a subir por ahí ?. Tened cuidado, es duro y hay zonas heladas.”…No quisimos aclararles que estaban hablando con el famoso grupo Pasetapaset, mas que nada para que no nos demoraran con la firma de autógrafos. Iniciamos la subida de fuerte pendiente, pero otras peores hemos superado, y alguna zona de agua helada encontramos, seguramente proveniente de la Font de la Granata (¿granota?), pero no la vimos.
Alcanzamos el cruce de Casa Herbolari y giramos a la izquierda, atacando ya la cumbre de la cruz mayor, que todavía no veíamos. El día era espectacular, soleado, el viento racheado limpiaba la atmosfera y le daba una claridad diáfana, y cuando coronamos pudimos disfrutar de una panorámica fantástica, desde Sagunto a Cabo San Antonio, y Tavernes y toda La Vall rendida a nuestros pies. Nuestras documentalistas han dado buena fe de ello. Bajamos por la bonita senda que nos conducía al precioso y abrupto barranco donde se encuentran Les Font de Cantús, que sí vimos, así como el Castell, al que subiremos en otra ocasión. Por el camino alguno, el de la barbita rala, incomprensiblemente pues la vegetación era exuberante, se empeñó en abonar el campo un par de veces y con ello además perdió el cortavientos con llave del coche y teléfono incluido. Menos mal que la gente de montaña es leal y quienes la vieron(dos hermanos) la dejaron bien a la vista para que lo recuperáramos sin problemas. Después comiendo les volvimos a ver y se lo agradecimos, charlamos y hasta nos obsequiaron con un hermoso piropo: “yo cuando sea mayor quiero ser como vosotros”. No sabíamos si besarlos u hostiarlos.
De ahí al pueblo sin problemas, disfrutando la visión de imponentes farallones de roca, hasta llegar al coche. Partimos para Valencia, pero con alguna parada de más: el de la barba no tenía su día, e insistió en inspeccionar un par de servicios de bar deprisa y corriendo. ¡¡¡ No se puede iniciar una ruta sin ofrenda a los dioses!!!
¡Ah, sí, el experimento científico! Pues el caso es que se nos olvidó el metro, pero encoger algo sí encogen los cilindrines con el frío, y las tetacónicas al parecer también compactan…..Lo que quedó demostrado es que ir de juerga el viernes por la noche, acostarse a las tantas e ir al monte madrugando y con frío al día siguiente produce espasmos gastrointestinales y pérdida precipitada de masa….El barbitas promete que no lo hará más. En definitiva, una preciosa excursión, lugares encantadores, con muchos senderos más para explorar, unas vistas maravillosas….vamos, como suele decirse,una ruta “pa cagarse“.
CIENCIA Y FRIO. EN MEMORIA DE SCOTT Y AMUNDSEN.
ResponderEliminarCien años después del gran desafío entre los dos exploradores que llegaron por primera vez al Polo Sur, Scott y Amundsen, con trágica consecuencia para el equipo de Scott (murieron todos a su regreso), quisimos rendirles homenaje en estos días de frío polar. Ambas expediciones fueron de extraordinaria dureza por las condiciones climáticas extremas y ausencia de auxilio posible, sin medios mecánicos, todavía inexistentes.
Como no queda ningún polo por conquistar, decidimos hacer un experimento científico e ir a Tavernes de la Valldigna, lugar no tan lejano ni épico, pero de sonoro nombre y bastante más asequible. Bien conocidos son los fenómenos de dilatación y contracción en los metales, pero… ¿Cómo afectarán las bajas temperaturas a la materia orgánica en sus dimensiones físicas ? En concreto a su longitud y volumen, así como a su dureza. Por ejemplo: ¿en que medida se reducirá un adminículo cilindrín de 20 cm (es un suponer) ?. ¿ Y cuanto se contraería y endurecería un volumen tetacónico de talla 110 (otro suponer) ?
Dispuestos a afrontar el desafío de averiguarlo, dos féminas y dos varones (paridad aconsejable en este tipo de experimentos) partimos hacia la cumbres de la Safor, comarca con gran prestigio en el calibrado de cítricos y otros frutos. Llegado que hubimos, emprendimos sin demora la aventura con gran dificultad, pues un enorme Club de Tenis se empecinaba en ocultarnos el camino. Resuelto el problema ( parato mediante) subimos la ladera hasta el primer cruce, disfrutando mientras subíamos de las primeras vistas sobre un mar refulgente, y el valle que se iba desperezando y coloreando con fuerza. Dejamos el desvío a Sant Llorens y almorzamos con la habitual armonía y apetito, siguiendo a continuación la senda del PR 39 por el Camí Massalari, bordeando el macizo entre frondosa vegetación mediterránea, que a veces casi cerraba el camino.
Llegados al cruce que habíamos de tomar para subir a Les Creus, encontramos a un grupo de senderistas algo menos otoñales que venían en sentido inverso, y con amabilidad pero algo de suficiencia nos preguntaron “¿vais a subir por ahí ?. Tened cuidado, es duro y hay zonas heladas.”…No quisimos aclararles que estaban hablando con el famoso grupo Pasetapaset, mas que nada para que no nos demoraran con la firma de autógrafos. Iniciamos la subida de fuerte pendiente, pero otras peores hemos superado, y alguna zona de agua helada encontramos, seguramente proveniente de la Font de la Granata (¿granota?), pero no la vimos.
Alcanzamos el cruce de Casa Herbolari y giramos a la izquierda, atacando ya la cumbre de la cruz mayor, que todavía no veíamos. El día era espectacular, soleado, el viento racheado limpiaba la atmosfera y le daba una claridad diáfana, y cuando coronamos pudimos disfrutar de una panorámica fantástica, desde Sagunto a Cabo San Antonio, y Tavernes y toda La Vall rendida a nuestros pies. Nuestras documentalistas han dado buena fe de ello. Bajamos por la bonita senda que nos conducía al precioso y abrupto barranco donde se encuentran Les Font de Cantús, que sí vimos, así como el Castell, al que subiremos en otra ocasión. Por el camino alguno, el de la barbita rala, incomprensiblemente pues la vegetación era exuberante, se empeñó en abonar el campo un par de veces y con ello además perdió el cortavientos con llave del coche y teléfono incluido. Menos mal que la gente de montaña es leal y quienes la vieron(dos hermanos) la dejaron bien a la vista para que lo recuperáramos sin problemas. Después comiendo les volvimos a ver y se lo agradecimos, charlamos y hasta nos obsequiaron con un hermoso piropo: “yo cuando sea mayor quiero ser como vosotros”. No sabíamos si besarlos u hostiarlos.
ResponderEliminarDe ahí al pueblo sin problemas, disfrutando la visión de imponentes farallones de roca, hasta llegar al coche. Partimos para Valencia, pero con alguna parada de más: el de la barba no tenía su día, e insistió en inspeccionar un par de servicios de bar deprisa y corriendo. ¡¡¡ No se puede iniciar una ruta sin ofrenda a los dioses!!!
¡Ah, sí, el experimento científico! Pues el caso es que se nos olvidó el metro, pero encoger algo sí encogen los cilindrines con el frío, y las tetacónicas al parecer también compactan…..Lo que quedó demostrado es que ir de juerga el viernes por la noche, acostarse a las tantas e ir al monte madrugando y con frío al día siguiente produce espasmos gastrointestinales y pérdida precipitada de masa….El barbitas promete que no lo hará más. En definitiva, una preciosa excursión, lugares encantadores, con muchos senderos más para explorar, unas vistas maravillosas….vamos, como suele decirse,una ruta “pa cagarse“.
Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos.