La criogenia, que no es un niño cabreado sino, como sabéis, el método de conservación por el frío, se ha intentado utilizar para la prolongación de la vida, con resultados inciertos todavía (W. Disney, M. Jackson). Así que, incansables en nuestro propósito de armonizar ciencia, salud, senderismo y jolgorio, nos lanzamos a una nueva aventura. Como la ola polar seguía con nosotros este fin de semana, decidimos darnos una gelotearpia, que es como un masaje tailandés paro sin tailandesa y el aire frío como agente masajeador. Eso sí, abrigamos bien los cilindrines y tetacónicas, que esta semana hubo que darles cuidados especiales para que volvieran a su galanura habitual.
Salimos de la base en dirección a Las Moratillas, pues tal era el nombre del salón de masajes, de normal utilizado como campamento juvenil, en el término de Buñol. El viaje fue excitante, pues aparte un ligero desvío por un “sembrao” de baches con algún trozo de asfalto accidental, inspeccionamos las obras de la futura cárcel. Pero sobretodo. era de ver como jaleábamos gozosos la progresiva caída del termómetro: -4, -5 (aplausos)..-6, -7,(vivas) -8..(a -10, vamos llegar a -10, rugía el personal). Algún despistado aulló “Coño pues si aquí dentro estamos a ocho bajo cero como hará ahí afuera..).
Llegados al punto de inicio de la ruta, cerca de Fuente Umbría, al desvío del GR, no era tan fiero el frío como lo pintaban, y nos atrevimos a hacer nuestro primer riego. Animosos emprendimos la marcha, por buen camino, aunque helada la tierra y con algún iceberg que otro. Pero ni somos el Titanic ni el capitán Schettino así que nuestro rumbo fue firme y llegamos sin novedad al Refugio de cazadores, donde almorzamos al sol que mas calienta, pues el cielo estaba despejado. Tras el refrigerio, nunca mejor dicho, cogimos la senda que nos internó en la Rambla Quixal, precioso paraje que discurre por el fondo de un pedregoso barranco, al parecer empedrado por los mismísimos Titanes dado el tamaño de los adoquines. Aún tuvimos que sujetar uno que estaba al caer (ver preciosas fotos de Maru). Sorteando los “guijarros” llegamos a una impresionante garganta, o desfiladero, con hermosísimas figuras labradas por la erosión del viento y el agua (¡y el frío, leches!).
Mas adelante encontramos una represa de agua, en buena parte helada. Se veía tan transparente, tan límpida, tan virginal, que desistimos de desnudarnos y darnos un baño, por no enturbiarla. Pero nos costo esfuerzo, no creáis. Seguimos la ruta disfrutando del paisaje y la abundante flora, así como las huellas de animales salvajes. Ya pronto llegamos al Albergue. Es una pena que tanto este, como una casa rural adyacente, de propiedad municipal, aunque están en buenas condiciones (al menos exteriormente), se hallen al parecer abandonados. El entorno, con el cercano río Mijares, es precioso y dispone de lavadero, anexo para asar chuletas y horno moruno, huerta, corrales de cría de gallinas , conejos,etc.…Un bonito cenador de cubierta vegetal…Tal como esta el patio dan ganas de abandonar la frustrante vida urbana e irse allí a vivir. ¿ Alguien dispuesto a compartir la aventura ? Ha de saber algo de cultivar hortalizas y criar gallinas, cerdos… De conejos ya entiendo yo algo, vamos tampoco soy la bomba, pero para ir tirando…
Dejamos el albergue , ya sin “parato” pues se declaró en huelga súbita y radical, en apariencia por pilas agotadas, pero ¿ no será por la reforma laboral ? Ascendimos a muy buen ritmo por una larga y dura.. pendiente, jadeamos, sudamos, dejamos testimonio escrito en el libro de registro y tan ensimismados en la faena estábamos que nos pasamos de largo el Mirador del Quixal sin apercibirnos de su existencia. Suele pasar cuando te entregas sin reserva. Y así llegamos antes de lo previsto a Las Moratillas, que no creíamos que lo eran, pero sí lo eran , que ya lo dijo Parménides hace 2500 años :“lo que es, es ,y lo que no es , no es.” Y todavía se le venera como uno de los más grandes filósofos de la historia (que lo es).
Comimos, al sol de nuevo cual lagartos, calentitos y al abrigo de uno de los edificios de servicios del complejo, pusimos a secar alguna que otra camiseta y camisa sudadillas, disfrutamos del maravilloso día y entorno que nos ofrecía la Madre Naturaleza, llamamos al Olimpo para disculparnos por no haber podido ofrecer nuestra ofrenda cítrica por carencia de materia prima y …¡eureka! nos prometieron enviar al mismísimo Hermes-Rafa a nuestra llegada para remediarlo. Después de comer hicimos el corto recorrido hasta el coche e iniciamos el regreso, satisfechos del excelente trato recibido en la geloterapia, que nos devolvía con el cutis finísimo, bronceados, de excelente humor, y con las pilas cargadas a tope, al revés que nuestro admirado “parato”. ¡Y al llegar a Valencia los dioses habían cumplido su promesa ! Si es que en el fondo son unos buenazos….
¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos !
P.D.: Lo de los 8 bajo cero es rigurosamente cierto, pero pase mucho más frío por la tarde- noche en Valencia. Con la ropa y calzado adecuados, como siempre vamos, y haciendo ejercicio en el monte se está de maravilla, y no se pasa frío. ¡ Animaros que os echamos de menos !
LA CRIOGENIA. A LA SALUD POR EL FRIO (-8º)
ResponderEliminarLa criogenia, que no es un niño cabreado sino, como sabéis, el método de conservación por el frío, se ha intentado utilizar para la prolongación de la vida, con resultados inciertos todavía (W. Disney, M. Jackson). Así que, incansables en nuestro propósito de armonizar ciencia, salud, senderismo y jolgorio, nos lanzamos a una nueva aventura. Como la ola polar seguía con nosotros este fin de semana, decidimos darnos una gelotearpia, que es como un masaje tailandés paro sin tailandesa y el aire frío como agente masajeador. Eso sí, abrigamos bien los cilindrines y tetacónicas, que esta semana hubo que darles cuidados especiales para que volvieran a su galanura habitual.
Salimos de la base en dirección a Las Moratillas, pues tal era el nombre del salón de masajes, de normal utilizado como campamento juvenil, en el término de Buñol. El viaje fue excitante, pues aparte un ligero desvío por un “sembrao” de baches con algún trozo de asfalto accidental, inspeccionamos las obras de la futura cárcel. Pero sobretodo. era de ver como jaleábamos gozosos la progresiva caída del termómetro: -4, -5 (aplausos)..-6, -7,(vivas) -8..(a -10, vamos llegar a -10, rugía el personal). Algún despistado aulló “Coño pues si aquí dentro estamos a ocho bajo cero como hará ahí afuera..).
Llegados al punto de inicio de la ruta, cerca de Fuente Umbría, al desvío del GR, no era tan fiero el frío como lo pintaban, y nos atrevimos a hacer nuestro primer riego. Animosos emprendimos la marcha, por buen camino, aunque helada la tierra y con algún iceberg que otro. Pero ni somos el Titanic ni el capitán Schettino así que nuestro rumbo fue firme y llegamos sin novedad al Refugio de cazadores, donde almorzamos al sol que mas calienta, pues el cielo estaba despejado. Tras el refrigerio, nunca mejor dicho, cogimos la senda que nos internó en la Rambla Quixal, precioso paraje que discurre por el fondo de un pedregoso barranco, al parecer empedrado por los mismísimos Titanes dado el tamaño de los adoquines. Aún tuvimos que sujetar uno que estaba al caer (ver preciosas fotos de Maru). Sorteando los “guijarros” llegamos a una impresionante garganta, o desfiladero, con hermosísimas figuras labradas por la erosión del viento y el agua (¡y el frío, leches!).
Mas adelante encontramos una represa de agua, en buena parte helada. Se veía tan transparente, tan límpida, tan virginal, que desistimos de desnudarnos y darnos un baño, por no enturbiarla. Pero nos costo esfuerzo, no creáis. Seguimos la ruta disfrutando del paisaje y la abundante flora, así como las huellas de animales salvajes. Ya pronto llegamos al Albergue. Es una pena que tanto este, como una casa rural adyacente, de propiedad municipal, aunque están en buenas condiciones (al menos exteriormente), se hallen al parecer abandonados. El entorno, con el cercano río Mijares, es precioso y dispone de lavadero, anexo para asar chuletas y horno moruno, huerta, corrales de cría de gallinas , conejos,etc.…Un bonito cenador de cubierta vegetal…Tal como esta el patio dan ganas de abandonar la frustrante vida urbana e irse allí a vivir. ¿ Alguien dispuesto a compartir la aventura ? Ha de saber algo de cultivar hortalizas y criar gallinas, cerdos… De conejos ya entiendo yo algo, vamos tampoco soy la bomba, pero para ir tirando…
Dejamos el albergue , ya sin “parato” pues se declaró en huelga súbita y radical, en apariencia por pilas agotadas, pero ¿ no será por la reforma laboral ? Ascendimos a muy buen ritmo por una larga y dura.. pendiente, jadeamos, sudamos, dejamos testimonio escrito en el libro de registro y tan ensimismados en la faena estábamos que nos pasamos de largo el Mirador del Quixal sin apercibirnos de su existencia. Suele pasar cuando te entregas sin reserva. Y así llegamos antes de lo previsto a Las Moratillas, que no creíamos que lo eran, pero sí lo eran , que ya lo dijo Parménides hace 2500 años :“lo que es, es ,y lo que no es , no es.” Y todavía se le venera como uno de los más grandes filósofos de la historia (que lo es).
ResponderEliminarComimos, al sol de nuevo cual lagartos, calentitos y al abrigo de uno de los edificios de servicios del complejo, pusimos a secar alguna que otra camiseta y camisa sudadillas, disfrutamos del maravilloso día y entorno que nos ofrecía la Madre Naturaleza, llamamos al Olimpo para disculparnos por no haber podido ofrecer nuestra ofrenda cítrica por carencia de materia prima y …¡eureka! nos prometieron enviar al mismísimo Hermes-Rafa a nuestra llegada para remediarlo. Después de comer hicimos el corto recorrido hasta el coche e iniciamos el regreso, satisfechos del excelente trato recibido en la geloterapia, que nos devolvía con el cutis finísimo, bronceados, de excelente humor, y con las pilas cargadas a tope, al revés que nuestro admirado “parato”. ¡Y al llegar a Valencia los dioses habían cumplido su promesa ! Si es que en el fondo son unos buenazos….
¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos !
P.D.: Lo de los 8 bajo cero es rigurosamente cierto, pero pase mucho más frío por la tarde- noche en Valencia. Con la ropa y calzado adecuados, como siempre vamos, y haciendo ejercicio en el monte se está de maravilla, y no se pasa frío. ¡ Animaros que os echamos de menos !