Tierra de leyendas es la Sierra Espadán y una de las más famosas la de la Fuente de Almanzor, quien al mando de los moriscos insurrectos de la zona resultó herido en combate frente a los cristianos que les asediaban. Debido a una larga sequía no tenían ya agua ni para lavar las heridas, cuando una hermosa y valiente esclava suya, cristiana, se ofreció a guiarles hasta un paraje secreto donde manaba abundante y cristalina. A cambio su único deseo era la libertad y poder regresar con los suyos. Cumplió la esclava: les llevo hasta la escondida fuente. Cumplió Almanzor su palabra y obtuvo su libertad la esclava.
Inesperada, secretamente, llegó hasta Pasetapaset la noticia de que la leyenda había tenido continuación: la bella esclava, aunque libre y feliz con los suyos, añoraba sin cesar las tierras de Almedijar, sus verdes olivos, sus vestidos alcornoques, sus aguas límpidas, sus altivos picos…Pidió ser enterrada a su muerte en lo alto de uno de aquellos gigantes de piedra. Y así lo hicieron, llamando a éste Pico Cullera, no sabemos si de coña, o para despistar. El caso es que dicen se transmutó en pantera, símbolo de belleza y osadía, y que ronda esos parajes, feroz guardiana de esas tierras.
Decididos a averiguar la verdad o morir en el intento, partimos un grupo de tres féminas y cuatro varones, que pronto estuvimos en la Plaza de la Iglesia, donde irreverentemente hicimos nuestra ofrenda a los dioses .De paso, leímos la cartilla a un lugareño y su “fragoneta” por estufarnos y derrochar inútilmente gas-oil: ¡al precio que está!. Cruzamos el muy arreglado pueblo y pasada el área de recreo y la fuente, nos encaminamos al barranco de Almanzor. Pronto llegamos a un cruce a la izquierda e iniciamos la ascensión hacia un enorme farallón que desde abajo parecía inexpugnable, por lo que hicimos un alto para reponer fuerzas con el apetecible almuerzo, entre aromática vegetación.
Proseguimos con nuevos bríos encarando con determinación la vía que conducía a la cumbre con ayuda del “parato” pues por momentos se perdía la pista. Poco antes de llegar se hace notar la presencia de la pantera: no la oímos pues es silenciosa como el agua helada, no la vimos pues sigilosa como el viento es, pero su zarpazo alcanzó a Rafa dejando rojas huellas en su cuello, en su rostro, en sus manos… Un golpe certero que lo voltea y lo deja marcado como si a un rudo zarzal hubiera caído resbalando. Por suerte llevamos botiquín y viene Pepa, solícita enfermera que lo cura, y él gustoso se deja mimar. La pantera/esclava, marcado su territorio y comprendiendo que somos amantes y respetuosos de su sierra, no se vuelve a manifestar.
Llegamos al mirador del pico, con impresionantes vistas de todo el entorno: el brumoso mar y todos los picos de la sierra, La Rapita y el Espadan entre ellos; el valle del Palancia, con Segorbe, Altura, Jérica; la plana de Onda al otro lado. Extasiados continuamos cresteando para buscar la bajada por el noreste, entre pinos y alcornoques, entre brezo y enebro, sobre moles de rodeno rojizo. No exento de dificultad el descenso nos lleva hasta la pista forestal que seguimos hasta alcanzar por la derecha el desvío que por una preciosa senda, nos conducirá hasta el Barranco de Almanzor. Comemos en un delicioso rincón, asentados en cómodas piedras, arrullados por el increíble río en este año de sequía, mecidos por el viento fresco, bronceados por el cálido sol.
¡ Hay que seguir, la vida existe más allá ! Admirando las sencillas y duradera construcciones de nuestros antepasados que permitían transitar por estos parajes, llegamos a La Carbonera, reconstrucción fiel de aquellas de siglos pasados que aprovechaban la leña del alcornocal para calentar los hogares y cocinar los alimentos. ¡ Y como no, a la Fuente de Almanzor, origen de la leyenda ! En su panel explicativo no menciona la pantera, claro está, secreto nuestro como es, y secreto seguirá siendo, pues de nuestras bocas no saldrá. ¡ Que siga la majestuosa fiera guardando estos maravillosos lugares !
¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos ! Buenas Fallas y mucho cuidado, que hay mucho petardo suelto por la calle.
ALMEDIJAR, ALMANZOR Y LA PANTERA.
ResponderEliminarTierra de leyendas es la Sierra Espadán y una de las más famosas la de la Fuente de Almanzor, quien al mando de los moriscos insurrectos de la zona resultó herido en combate frente a los cristianos que les asediaban. Debido a una larga sequía no tenían ya agua ni para lavar las heridas, cuando una hermosa y valiente esclava suya, cristiana, se ofreció a guiarles hasta un paraje secreto donde manaba abundante y cristalina. A cambio su único deseo era la libertad y poder regresar con los suyos. Cumplió la esclava: les llevo hasta la escondida fuente. Cumplió Almanzor su palabra y obtuvo su libertad la esclava.
Inesperada, secretamente, llegó hasta Pasetapaset la noticia de que la leyenda había tenido continuación: la bella esclava, aunque libre y feliz con los suyos, añoraba sin cesar las tierras de Almedijar, sus verdes olivos, sus vestidos alcornoques, sus aguas límpidas, sus altivos picos…Pidió ser enterrada a su muerte en lo alto de uno de aquellos gigantes de piedra. Y así lo hicieron, llamando a éste Pico Cullera, no sabemos si de coña, o para despistar. El caso es que dicen se transmutó en pantera, símbolo de belleza y osadía, y que ronda esos parajes, feroz guardiana de esas tierras.
Decididos a averiguar la verdad o morir en el intento, partimos un grupo de tres féminas y cuatro varones, que pronto estuvimos en la Plaza de la Iglesia, donde irreverentemente hicimos nuestra ofrenda a los dioses .De paso, leímos la cartilla a un lugareño y su “fragoneta” por estufarnos y derrochar inútilmente gas-oil: ¡al precio que está!. Cruzamos el muy arreglado pueblo y pasada el área de recreo y la fuente, nos encaminamos al barranco de Almanzor. Pronto llegamos a un cruce a la izquierda e iniciamos la ascensión hacia un enorme farallón que desde abajo parecía inexpugnable, por lo que hicimos un alto para reponer fuerzas con el apetecible almuerzo, entre aromática vegetación.
Proseguimos con nuevos bríos encarando con determinación la vía que conducía a la cumbre con ayuda del “parato” pues por momentos se perdía la pista. Poco antes de llegar se hace notar la presencia de la pantera: no la oímos pues es silenciosa como el agua helada, no la vimos pues sigilosa como el viento es, pero su zarpazo alcanzó a Rafa dejando rojas huellas en su cuello, en su rostro, en sus manos… Un golpe certero que lo voltea y lo deja marcado como si a un rudo zarzal hubiera caído resbalando. Por suerte llevamos botiquín y viene Pepa, solícita enfermera que lo cura, y él gustoso se deja mimar. La pantera/esclava, marcado su territorio y comprendiendo que somos amantes y respetuosos de su sierra, no se vuelve a manifestar.
Llegamos al mirador del pico, con impresionantes vistas de todo el entorno: el brumoso mar y todos los picos de la sierra, La Rapita y el Espadan entre ellos; el valle del Palancia, con Segorbe, Altura, Jérica; la plana de Onda al otro lado. Extasiados continuamos cresteando para buscar la bajada por el noreste, entre pinos y alcornoques, entre brezo y enebro, sobre moles de rodeno rojizo. No exento de dificultad el descenso nos lleva hasta la pista forestal que seguimos hasta alcanzar por la derecha el desvío que por una preciosa senda, nos conducirá hasta el Barranco de Almanzor. Comemos en un delicioso rincón, asentados en cómodas piedras, arrullados por el increíble río en este año de sequía, mecidos por el viento fresco, bronceados por el cálido sol.
ResponderEliminar¡ Hay que seguir, la vida existe más allá ! Admirando las sencillas y duradera construcciones de nuestros antepasados que permitían transitar por estos parajes, llegamos a La Carbonera, reconstrucción fiel de aquellas de siglos pasados que aprovechaban la leña del alcornocal para calentar los hogares y cocinar los alimentos. ¡ Y como no, a la Fuente de Almanzor, origen de la leyenda ! En su panel explicativo no menciona la pantera, claro está, secreto nuestro como es, y secreto seguirá siendo, pues de nuestras bocas no saldrá. ¡ Que siga la majestuosa fiera guardando estos maravillosos lugares !
¡ Portaos bien chic@s, y no os metáis en líos !
Buenas Fallas y mucho cuidado, que hay mucho petardo suelto por la calle.