lunes, 5 de marzo de 2012

Excursión Nº 8 Gestalgar 03-03-2012

 Portada

 Plano 1

 Plano 2

• Provincia Valencia
• Comarca Los Serranos
• Partido judicial Liria
• Altitud 200 msnm
• Distancias 33 km a Chelva
46 km a Valencia


 Foto1

 Foto2

 Foto3



2 comentarios:

  1. ¡ LOS ROMANOS SON LA PERA !

    ¡ WWPSSHH ! El Flagrum o látigo del malcarado Publio restañaba en el aire rompiendo la barrera del sonido (aunque aun no existía ese concepto) y provocando terror en los esclavos. Sus espaldas conocían bien el dolor que causaban las tiras de cuero con trocitos de plomo en sus extremos. No por plomo ni oro estaban allí sojuzgados aquellos rebeldes íberos que picaban la dura piedra bajo un sol abrasador, sino por algo más valioso aún : AGUA. Construían un acueducto, arte en el que sus vencedores eran consumados maestros, al igual que en carreteras y toda clase de obra civil.

    Dos mil años después, un grupo descendiente de aquellos íberos y romanos, mezclados después con godos, bereberes y tanticuanti, se desplazaban en su montura a una velocidad sólo ligeramente inferior a la del restañar del látigo, pero por propia voluntad y con ánimo gozoso, hacia Gestalgar, que así se llama aquel bonito lugar ahora, a orillas del fecundo Turia. No iban buscando agua: son más devotos del vino, cerveza y otros licores destilados, a pesar de no beber alcohol (de farmacia). Han oído hablar de una tal Peña María, de enormes proporciones, y pensaron, sagaces como siempre, que si en tierras catalanas se proponían paliar el desempleo con el cultivo de la tal María, que no haríamos nosotros con semejante mole: podríamos “colocar “ a todos los parados, que falta hace. Además es menos dañina que el “boom inmobiliario”, seguro.

    Aparcamos los caballos (150 creo, así que para siete íbamos “sobraos”) y ofrecimos el debido sacrificio cítrico a los dioses, en esta ocasión al todopoderoso Júpiter y a Ceres, diosa de la María, digo de la Agricultura. Subimos por la senda que nos llevaría hasta los Corrales de Gabaldón; cerca había una fuente, ahora seca, y allí almorzamos con el acostumbrado deleite . Cogimos tomillo, nos salieron perdices en nuestra narices y contribuimos al aumento del caudal del río con nuestros aportes líquidos. De nada, regantes. Proseguimos algo mas ligeros de mochila y algo mas pesados de panza hacia el Barranco del Barco, que ni barco ni agua tiene, quien sabe de donde le vendrá el nombre. Claro que yo conozco a uno que le pusieron Luis y ni es santo ni tiene cien mil hijos…

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  2. Desde el fondo del barranco ascendimos valiente y sudorosamente por una pedrera infernal, descansamos apenas en un falso llano desde donde se divisa la Fuente del Salto y retomamos una fuerte y larguísima pendiente hasta llegar, sin aliento, al alto de La Pera. ¡ Coño, esta si esta claro por que se llama así ! Yo le pondría La Repera…! Maravillosas vistas de toda la serranía, con Chulilla y Villar al fondo, compensaron nuestros esfuerzos. Aunque nos tentaba pasar la noche allí y poder contemplar la increíble explosión de estrellas cuando la oscuridad vence al crepúsculo, decidimos seguir la marcha a ver si al fin alcanzábamos la olorosa Peña: nuestro sentimiento altruista nos puede. Por el camino recogimos unos cuernos de dueño desconocido. Hacía un rato nos habían adelantado unos jóvenes corriendo, pero no creemos fueran de ellos: parecían tan buenos chicos, tan inocentes, tan deportistas… Aunque mas adelante los encontramos ¡ de botellón y litrona ! Con las ganas que teníamos de una cervecita… que envidia.

    En adelante el camino fue mucho mas suave, y al fin llegamos a la Peña María. ¡¡¡Pura roca, casi tan dura como nuestras piernas!!!! De hierba ni un gramo….Pero como hay una cueva donde dicen que se apareció la virgen (de ahí el nombre) a ver si nos echa una mano….en el tema del paro. Seguimos hacia el pueblo y visitamos el acueducto tallado en la roca, pero no nos atrevimos a cruzarlo: estaba tan oscuro como la tumba de Tutankamón antes de descubrirla, ¿quien nos aseguraba que no anduviera todavía Publio dando zurriagazos por allí ? Y no teníamos el cuerpo para picar piedra, precisamente.

    Tras cruzar el Rubicón/Turia nos adentramos en el pueblo. Para compensar el disgusto de la maría, nos echamos al coleto unas birras y coca(cola) amenizadas con rico jamón del mono, e incluso hubo quien prometió traer a la próxima juerga genuino vodka ruso, que tomaremos con salmón y caviar (falso).

    Hasta la próxima aventura.
    ¡ Portaros bien y no os metáis en líos chic@s !

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