Sábado …¡ergo ruta! ¿A donde ? A la ciudad de los Borja, de “els socarrats” por los Borbones , de Ribera el “spagnoleto”, de Raimon…….y de Alfonso Rus. ¡Ahí es ná!
Salimos de la Font dels 25 Dolls, después que Antonella se sacudiera el sopor matinal con un cafetito, y Rafa nos obsequiara con sus sabrosas mandarinas, laboriosamente conseguidas a un precio increíblemente bueno (justo premio a la fidelidad de años al mismo proveedor), siguiendo el bien señalizado sendero hasta llegar a Les Arcaetes de Alboi, impresionante resto del acueducto que construyeron los árabes para traer el agua desde Bellus. Ignoramos cómo, pero alertados de nuestra llegada al lugar con intención de almorzar y conocedores de nuestros gustos modernos, ¡nos habían preparado una banda de rock para amenizarnos el descanso!.
Repuestas la fuerzas y algo resentidos los tímpanos, seguimos el curso del río Albaida, en algún punto caudaloso como si del mismísimo Amazonas se tratara, con sus meandros y todo. Sí, si, también habían “”meandras”, por supuesto. No podía faltar la visita a la Cova Negra, donde al parecer la crisis de la construcción dejó unos andamios olvidados. Ya nos íbamos sin gran cosa que reseñar, cuando una mano apareció desde el interior de la cueva: parecía querer separar los barrotes y venirse con nosotros. Por su tosco y primitivo aspecto pertenecía sin duda a un neandertal, por lo que, aun siendo el nuestro un grupo abierto y acogedor donde los haya, pusimos pies en polvorosa. Creo que Maruja, jugándose la vida, pudo fotografiar la mano.
Llegados a la antigua fábrica de luz, y admirando la imponente peña llamada “l’aventador”, que parece la torre de un castillo, subimos una cuestecilla que, aunque discreta en longitud, ¡que dura y empinada era y cómo nos hizo suspirar y jadear!.…parecía el anuncio ese de las elecciones catalanas.
Siguiendo los pasos de Maruja, la de los alados pies (como diría Homero), que a pesar de su resfriado ibicenco imponía su ritmo, bajamos hasta La Font de la Quintana, umbrío y curioso paraje con alicatado de azulejo típico valenciano de los años cincuenta ¡que detalle, como nosotros! Bueno, es verdad, no todos…..Pasamos después por una masía almenada, rodeada de caquis y huertos de cítricos a los que en contra de nuestra costumbre ignoramos(estaban verdes), y ascendimos suavemente hacia la cara sur del Castell, gozando de la panorámica. Bajamos por el Portet, antigua calzada romana, de la que poco queda , y llegados casi al núcleo urbano, sobrados de fuerzas como andábamos tras sólo 17 Kms, decidimos subir al castillo, pese a la ausencia de señalización, guiados de nuestra intuición y el “parato” de Jorje (que no pierde ocasión de enseñárnoslo).
Al fin llegamos arriba, tras pasar por la Cueva de las Palomas, con su virgen incluida. Visitamos la parte del castillo libre de peaje, tomamos una cervecita ¡Mª Jose, que profiteroles !. Y comimos el menú …de mochila. Con vino, pastas, chocolate, café …buena calidad a un precio excelente.
Antes de subir al coche para el regreso leve todavía nos dimos una vuelta por la Xátiva antigua, con parada para degustar sus afamados merengues y arnadí, mientra empezaba a caer la fina lluvia que durante toda la ruta apenas nos hizo un cómplice guiño. Una esplendida luna llena nos esperaba en Valencia.
¡ Nos vemos el sábado, compas ! ¡ Portaros bien y no os metáis en líos!
Luis, Eres un escritor de mucho nivel, ya me habian comentado tus buenas dotes en la escritura, pero vaya , si que me he sorprendido un montón, has recogido y sintetizado muy bien la excursión de ayer. La verdad que yo disfruté un montón con vuestra compañía, el paisaje y todo………….lo demás., eso si, faltó Feli, dile que la próxima no tiene excusa, la esperamos. Un beso y hasta pronto No se si iré el próximo sábado, pero estaremos en contacto para organizar la salida del sábado puente.
luis
ResponderEliminarSábado …¡ergo ruta! ¿A donde ? A la ciudad de los Borja, de “els socarrats” por los Borbones , de Ribera el “spagnoleto”, de Raimon…….y de Alfonso Rus. ¡Ahí es ná!
Salimos de la Font dels 25 Dolls, después que Antonella se sacudiera el sopor matinal con un cafetito, y Rafa nos obsequiara con sus sabrosas mandarinas, laboriosamente conseguidas a un precio increíblemente bueno (justo premio a la fidelidad de años al mismo proveedor), siguiendo el bien señalizado sendero hasta llegar a Les Arcaetes de Alboi, impresionante resto del acueducto que construyeron los árabes para traer el agua desde Bellus. Ignoramos cómo, pero alertados de nuestra llegada al lugar con intención de almorzar y conocedores de nuestros gustos modernos, ¡nos habían preparado una banda de rock para amenizarnos el descanso!.
Repuestas la fuerzas y algo resentidos los tímpanos, seguimos el curso del río Albaida, en algún punto caudaloso como si del mismísimo Amazonas se tratara, con sus meandros y todo. Sí, si, también habían “”meandras”, por supuesto. No podía faltar la visita a la Cova Negra, donde al parecer la crisis de la construcción dejó unos andamios olvidados. Ya nos íbamos sin gran cosa que reseñar, cuando una mano apareció desde el interior de la cueva: parecía querer separar los barrotes y venirse con nosotros. Por su tosco y primitivo aspecto pertenecía sin duda a un neandertal, por lo que, aun siendo el nuestro un grupo abierto y acogedor donde los haya, pusimos pies en polvorosa. Creo que Maruja, jugándose la vida, pudo fotografiar la mano.
Llegados a la antigua fábrica de luz, y admirando la imponente peña llamada “l’aventador”, que parece la torre de un castillo, subimos una cuestecilla que, aunque discreta en longitud, ¡que dura y empinada era y cómo nos hizo suspirar y jadear!.…parecía el anuncio ese de las elecciones catalanas.
Siguiendo los pasos de Maruja, la de los alados pies (como diría Homero), que a pesar de su resfriado ibicenco imponía su ritmo, bajamos hasta La Font de la Quintana, umbrío y curioso paraje con alicatado de azulejo típico valenciano de los años cincuenta ¡que detalle, como nosotros! Bueno, es verdad, no todos…..Pasamos después por una masía almenada, rodeada de caquis y huertos de cítricos a los que en contra de nuestra costumbre ignoramos(estaban verdes), y ascendimos suavemente hacia la cara sur del Castell, gozando de la panorámica. Bajamos por el Portet, antigua calzada romana, de la que poco queda , y llegados casi al núcleo urbano, sobrados de fuerzas como andábamos tras sólo 17 Kms, decidimos subir al castillo, pese a la ausencia de señalización, guiados de nuestra intuición y el “parato” de Jorje (que no pierde ocasión de enseñárnoslo).
Al fin llegamos arriba, tras pasar por la Cueva de las Palomas, con su virgen incluida. Visitamos la parte del castillo libre de peaje, tomamos una cervecita ¡Mª Jose, que profiteroles !. Y comimos el menú …de mochila. Con vino, pastas, chocolate, café …buena calidad a un precio excelente.
Antes de subir al coche para el regreso leve todavía nos dimos una vuelta por la Xátiva antigua, con parada para degustar sus afamados merengues y arnadí, mientra empezaba a caer la fina lluvia que durante toda la ruta apenas nos hizo un cómplice guiño. Una esplendida luna llena nos esperaba en Valencia.
¡ Nos vemos el sábado, compas ! ¡ Portaros bien y no os metáis en líos!
Antonela
ResponderEliminarLuis, Eres un escritor de mucho nivel, ya me habian comentado tus buenas dotes en la escritura, pero vaya , si que me he sorprendido un montón, has recogido y sintetizado muy bien la excursión de ayer.
La verdad que yo disfruté un montón con vuestra compañía, el paisaje y todo………….lo demás., eso si, faltó Feli, dile que la próxima no tiene excusa, la esperamos.
Un beso y hasta pronto
No se si iré el próximo sábado, pero estaremos en contacto para organizar la salida del sábado puente.