¡¡¡ El Faraón ha abandonado el poder !!! La predicción del oráculo de Villamalur se ha cumplido. Haremos una ofrenda en agradecimiento a los dioses de Sierra Espadán, un sacrifico de virginales navelinas, de aterciopelada piel y dulcísimo néctar.
Gracias, Maruja, yo disfruto haciéndolo, pero no olvides que no tengo la exclusiva, y tú lo haces, al menos, tan bien como yo. Así que ánimo……Y a ver si se anima alguien más.
Maruja Oro dijo: febrero 8, 2011 en 8:56 am (Editar)
He disfrutado un montón con la lectura de tu comentario de la última ruta, es increíble como redactas y relacionas los hechos entre fantasía y realidad .Ya tenía ganas de que retomarás esto, ¡¡¡TE FELICITO!!!! Responder
luis botet dijo: febrero 7, 2011 en 9:46 pm (Editar)
El Faraón estaba atónito. Muchas vicisitudes había pasado su milenario reino: complot de los sacerdotes, luchas dinásticas intestinas, guerras contra hititas y otros feroces pueblos….pero esto era inaudito. El pueblo , el mismo que levantó pirámides y templos asombrosos, se había alzado contra su poder, en las calles bullía una multitud pidiendo su exilio y el ejercito se negaba a reprimirlos. Los sacerdotes , descontentos por su impiedad, acechaban la oportunidad de canalizar la protesta y convertirse en los dueños del estado… Sólo podía confiar en la voz de los dioses. Sabia que al otro lado del mar , hacia Poniente, mas arriba de Tartessos, escondido entre imponentes montañas, Sierra de Espadan lo llamaban, existía un lugar, Villamalur, modesto pero infalible en su sus augurios, superior al afamado Delfos… De los taimados sacerdotes de Luxor no quería ni oír hablar…
Amón- Ra iniciaba su diario viaje, su refulgente disco se elevaba sobre el horizonte, inundando cielo y mar con su luz, creando maravillosos reflejos, dorados sobre el agua, malvas sobre el aire…
También un grupo de once intrépidos, siete hombre y cuatro mujeres, sabios que cumplían una sagrada misión, se dirigían veloces en sus monturas en busca de una respuesta para el El Faraón . Una condición habían puesto: tendría que acatar sin reparo la decisión que los dioses exhalaran en Sierra Espadan.
Llegados a las faldas de la sierra, en Ayodar, dejaron descansando sus cuadrúpedos en la Fuente Larga. Tras un ritual en el que fueron sacrificadas sin piedad un número considerable de mandarinas, comenzaron la ascensión hacia lo desconocido, amparados en su sabiduría, confiados en la fuerza de su portentoso físico y ayudados por un extraño artilugio que un fenicio les había vendido y que seguía las estrellas del firmamento.
Fatigosa marcha en fila imponía la pendiente, al punto que los cuerpos dejaban de sentir el frío que la escarcha atestiguaba, cuando al doblar un recodo hallamos amenazadores guerreros armados, de hosco gesto, que decían estar al acecho del jabalí. Nos temíamos lo peor, que fuera el conejo su verdadera ansia, pero no dieron muestra de ello y seguimos tranquilos. Ciertamente el monte estaba lleno de huellas de sus baños de barro, pues utilizan este modo de cuidar la piel mucho antes que lo empezáramos a hacer los humanos.
Oíanse ya voces de “tengo hambre”, de modo que refugiados en un abandonado corral procedimos a dar satisfacción a nuestros instintos,( medios , no bajos), cada cual con lo suyo pero compartiendo los exquisitos dulces , así como vino de Iberia y café de Arabia.
Repuestas las fuerzas, siguieron la gozosa ascensión, disfrutando del maravilloso día que les había otorgado Osiris, contemplando el Penyagolosa, aspirando la fragancia del tomillo, del espliego y los pinos rodeno y carrasco .
A l fin alcanzamos Villamalur, donde al pie de un manantial donde brotaban cristalinas aguas, nos fue revelado el designio: “El Rais abandonará Egipto para siempre, y el pueblo será libre”
Reconfortados con el augurio, buscamos un lugar donde celebrarlo con gran pitanza: allí se vieron los más exquisitos manjares de diversas procedencias, delicados caldos de añejas cepas, exóticas frutas y deleitosos pasteles que embriagaban los sentidos.
Regresamos en busca de las monturas, alegres por el deber cumplido, el paso acompasado al son de antiguos himnos, y volvimos a ofrecer el sacrificio cítrico a los dioses en señal de agradecimiento.
P.D. Passet a Passet, como los grandes clubs, a pesar de nuestra juventud y excelencia física, pensando en el futuro, ha decidido cuidar la cantera, , por lo que a la afueras de Valencia, en Benifaio, ha abierto Passet a Passet, Escola Infantil. Matricula abierta. De paso a ver si pegamos un pelotazo urbanístico, como los grandes.
Luis dijo:
ResponderEliminarfebrero 11, 2011 en 6:05 pm (Editar)
¡¡¡ El Faraón ha abandonado el poder !!!
La predicción del oráculo de Villamalur se ha cumplido. Haremos una ofrenda en agradecimiento a los dioses de Sierra Espadán, un sacrifico de virginales navelinas, de aterciopelada piel y dulcísimo néctar.
Luis dijo:
ResponderEliminarfebrero 9, 2011 en 9:24 pm (Editar)
Gracias, Maruja, yo disfruto haciéndolo, pero no olvides que no tengo la exclusiva, y tú lo haces, al menos, tan bien como yo. Así que ánimo……Y a ver si se anima alguien más.
Maruja Oro dijo:
ResponderEliminarfebrero 8, 2011 en 8:56 am (Editar)
He disfrutado un montón con la lectura de tu comentario de la última ruta, es increíble como redactas y relacionas los hechos entre fantasía y realidad .Ya tenía ganas de que retomarás esto, ¡¡¡TE FELICITO!!!!
Responder
luis botet dijo:
ResponderEliminarfebrero 7, 2011 en 9:46 pm (Editar)
El Faraón estaba atónito. Muchas vicisitudes había pasado su milenario reino: complot de los sacerdotes, luchas dinásticas intestinas, guerras contra hititas y otros feroces pueblos….pero esto era inaudito. El pueblo , el mismo que levantó pirámides y templos asombrosos, se había alzado contra su poder, en las calles bullía una multitud pidiendo su exilio y el ejercito se negaba a reprimirlos. Los sacerdotes , descontentos por su impiedad, acechaban la oportunidad de canalizar la protesta y convertirse en los dueños del estado… Sólo podía confiar en la voz de los dioses. Sabia que al otro lado del mar , hacia Poniente, mas arriba de Tartessos, escondido entre imponentes montañas, Sierra de Espadan lo llamaban, existía un lugar, Villamalur, modesto pero infalible en su sus augurios, superior al afamado Delfos… De los taimados sacerdotes de Luxor no quería ni oír hablar…
Amón- Ra iniciaba su diario viaje, su refulgente disco se elevaba sobre el horizonte, inundando cielo y mar con su luz, creando maravillosos reflejos, dorados sobre el agua, malvas sobre el aire…
También un grupo de once intrépidos, siete hombre y cuatro mujeres, sabios que cumplían una sagrada misión, se dirigían veloces en sus monturas en busca de una respuesta para el El Faraón . Una condición habían puesto: tendría que acatar sin reparo la decisión que los dioses exhalaran en Sierra Espadan.
Llegados a las faldas de la sierra, en Ayodar, dejaron descansando sus cuadrúpedos en la Fuente Larga. Tras un ritual en el que fueron sacrificadas sin piedad un número considerable de mandarinas, comenzaron la ascensión hacia lo desconocido, amparados en su sabiduría, confiados en la fuerza de su portentoso físico y ayudados por un extraño artilugio que un fenicio les había vendido y que seguía las estrellas del firmamento.
Fatigosa marcha en fila imponía la pendiente, al punto que los cuerpos dejaban de sentir el frío que la escarcha atestiguaba, cuando al doblar un recodo hallamos amenazadores guerreros armados, de hosco gesto, que decían estar al acecho del jabalí. Nos temíamos lo peor, que fuera el conejo su verdadera ansia, pero no dieron muestra de ello y seguimos tranquilos. Ciertamente el monte estaba lleno de huellas de sus baños de barro, pues utilizan este modo de cuidar la piel mucho antes que lo empezáramos a hacer los humanos.
Oíanse ya voces de “tengo hambre”, de modo que refugiados en un abandonado corral procedimos a dar satisfacción a nuestros instintos,( medios , no bajos), cada cual con lo suyo pero compartiendo los exquisitos dulces , así como vino de Iberia y café de Arabia.
Repuestas las fuerzas, siguieron la gozosa ascensión, disfrutando del maravilloso día que les había otorgado Osiris, contemplando el Penyagolosa, aspirando la fragancia del tomillo, del espliego y los pinos rodeno y carrasco .
A l fin alcanzamos Villamalur, donde al pie de un manantial donde brotaban cristalinas aguas, nos fue revelado el designio: “El Rais abandonará Egipto para siempre, y el pueblo será libre”
Reconfortados con el augurio, buscamos un lugar donde celebrarlo con gran pitanza: allí se vieron los más exquisitos manjares de diversas procedencias, delicados caldos de añejas cepas, exóticas frutas y deleitosos pasteles que embriagaban los sentidos.
Regresamos en busca de las monturas, alegres por el deber cumplido, el paso acompasado al son de antiguos himnos, y volvimos a ofrecer el sacrificio cítrico a los dioses en señal de agradecimiento.
P.D. Passet a Passet, como los grandes clubs, a pesar de nuestra juventud y excelencia física, pensando en el futuro, ha decidido cuidar la cantera, , por lo que a la afueras de Valencia, en Benifaio, ha abierto Passet a Passet, Escola Infantil. Matricula abierta. De paso a ver si pegamos un pelotazo urbanístico, como los grandes.
¡ Portaos bien y no so metáis en líos, chicos !