Cumpliendo la normativa paritaria de la CE, siete valientes mujeres y siete esforzados varones con vena aventurera nos reunimos con gran alborozo en el punto de partida. Gran alegría causó la presencia de algunas caras largamente añoradas. Subidos a nuestras sufridas monturas partimos dispuestos a gozar de una primaveral mañana en las cumbres de La Calderona, Lugar emblemático del senderismo valenciano, bien conocido por todos, una ruta corta, tranquila, en una soleada mañana, que nos serviría para engrasar la maquinaria después de dos semanas de paro por Fallas y lluvia.
Cumplido el ritual-ofrenda a los dioses con libación de naranjas y mandarinas en La Fuente del Oro, iniciamos el camino, confiados en su protección.. Felices caminamos comentando la gloriosa actualidad (bombas, fugas radiactivas y demás alegrías), pero hora es de abandonar el cómodo camino e iniciar la ascensión al Puntal dels Moros. ¡Hay que ver como les gustaban las alturas ! Claro que no es de extrañar con las magnificas vístase que se disfrutan. Allí arriba descubrimos unos nidos de ametralladoras. Tras sesudas deliberaciones y laboriosas investigaciones concluimos que no eran de los moros, sino vestigios de la guerra civil. Satisfechos de nuestra perspicacia, seguimos el camino por las cimas. Ya se empieza a oír alguna tripilla pidiendo pan. Un claro rodeado de pinos, escasos en esta zona devastada por los incendios, invita al almuerzo, pero decidimos dejarlo para más adelante. Avanzamos, deleitándonos en identificar La Mola, El Garbí, L’Oronet… Y, al fin, reconfortamos nuestros gloriosos cuerpos con el delicioso refrigerio. Por supuesto con nuestro vinito, café al gusto y dulces variados. Solo faltó copa y puro.
Como no seguimos una ruta marcada, empezamos a tener alguna dificultad en encontrar camino, y con la bajada empieza la diversión. Quedó patente nuestro dominio del “esquí sobre cantos rodados“, “bajada de pendiente pronunciada agarrado a tronco tumbado”, y el muy demandado “arrastre de nalgas por rastrojos y tierra”, todo ello celebrado con divertidos juramentos.
Tras un trecho por camino cómodo (cosa que detestamos pero a veces es inevitable), volvemos a lo nuestro: ascendemos a Penya Roja, mostrando nuestras condiciones caprinas, digo alpinas. El calor va apretando, nos compensa el esplendor visual y olfativo de las aliagas, el tomillo, la jara, en floración de vivos colores. Guiados por el “parato” que tan buenos servicios nos presta, y que parecía un tanto mareado esta vez, continuamos el duro camino hasta coronar el Moncudio, de nombre tan áspero como su ascensión.
Sin apenas descanso, vamos cresteando, por un caminito que al fin parece fácil y nos lleva a …ninguna parte. Pero hay que bajar, y nos lanzamos cuesta bajo, como podemos, por una pronunciada pendiente, peligrosa por lo abrupta, las piedras sueltas, la tierra resbaladiza, los matorrales que pinchan… Echamos mano de nuestros conocimientos científicos y encontramos la solución : bajar el centro de gravedad. ¡ Culo a tierra ! Una veces de forma voluntaria, otras involuntaria, trazamos un nuevo camino con nuestras posaderas. Volvemos a practicar nuestros deportes favoritos. Y llegamos todos sanos y salvos. ¡ Una para recordar ! Hay que resaltar el arrojo y coraje de nuestra chicas, que merecería un diploma oficial.
Ya el resto fue coser y cantar. Después de lo pasado, una autovía forestal hasta los coches. Nos refrescamos, espigolamos cítricos de una furgoneta amiga, y nos despedimos. A comer y descansar, nos lo hemos ganado.
Hola chic@s, que tal de agujetas ? He visto en wikiloc la ruta del sábado; de ahí la descargó Jorge. El autor la califica de dificultad “fácil”. Evidentemente no es así, al menos para gente normal. Será un superdotado, se lo haremos saber. Podéis verlo entrando en wikiloc, senderismo, ruta Fte del Oro-Puntal dels Moros-Penya Rotja–El Salt-Moncudio-El Puntal de Mateo-El Pí .
Afortunadamente todo quedó en aventura para contar. Llevamos casi un año haciendo rutas magníficas y así seguiremos. Esto nos servirá para no fiarnos de criterios tan subjetivos, y centrarnos en senderos bien delimitados y a ser posible señalizados.
Luis dijo:
ResponderEliminarabril 3, 2011 en 8:05 pm (Editar)
CINCO PICOS, CIEN CULADAS. ¡WE CAN !
Cumpliendo la normativa paritaria de la CE, siete valientes mujeres y siete esforzados varones con vena aventurera nos reunimos con gran alborozo en el punto de partida. Gran alegría causó la presencia de algunas caras largamente añoradas. Subidos a nuestras sufridas monturas partimos dispuestos a gozar de una primaveral mañana en las cumbres de La Calderona, Lugar emblemático del senderismo valenciano, bien conocido por todos, una ruta corta, tranquila, en una soleada mañana, que nos serviría para engrasar la maquinaria después de dos semanas de paro por Fallas y lluvia.
Cumplido el ritual-ofrenda a los dioses con libación de naranjas y mandarinas en La Fuente del Oro, iniciamos el camino, confiados en su protección.. Felices caminamos comentando la gloriosa actualidad (bombas, fugas radiactivas y demás alegrías), pero hora es de abandonar el cómodo camino e iniciar la ascensión al Puntal dels Moros. ¡Hay que ver como les gustaban las alturas ! Claro que no es de extrañar con las magnificas vístase que se disfrutan. Allí arriba descubrimos unos nidos de ametralladoras. Tras sesudas deliberaciones y laboriosas investigaciones concluimos que no eran de los moros, sino vestigios de la guerra civil. Satisfechos de nuestra perspicacia, seguimos el camino por las cimas. Ya se empieza a oír alguna tripilla pidiendo pan. Un claro rodeado de pinos, escasos en esta zona devastada por los incendios, invita al almuerzo, pero decidimos dejarlo para más adelante. Avanzamos, deleitándonos en identificar La Mola, El Garbí, L’Oronet… Y, al fin, reconfortamos nuestros gloriosos cuerpos con el delicioso refrigerio. Por supuesto con nuestro vinito, café al gusto y dulces variados. Solo faltó copa y puro.
Como no seguimos una ruta marcada, empezamos a tener alguna dificultad en encontrar camino, y con la bajada empieza la diversión. Quedó patente nuestro dominio del “esquí sobre cantos rodados“, “bajada de pendiente pronunciada agarrado a tronco tumbado”, y el muy demandado “arrastre de nalgas por rastrojos y tierra”, todo ello celebrado con divertidos juramentos.
Tras un trecho por camino cómodo (cosa que detestamos pero a veces es inevitable), volvemos a lo nuestro: ascendemos a Penya Roja, mostrando nuestras condiciones caprinas, digo alpinas. El calor va apretando, nos compensa el esplendor visual y olfativo de las aliagas, el tomillo, la jara, en floración de vivos colores. Guiados por el “parato” que tan buenos servicios nos presta, y que parecía un tanto mareado esta vez, continuamos el duro camino hasta coronar el Moncudio, de nombre tan áspero como su ascensión.
Sin apenas descanso, vamos cresteando, por un caminito que al fin parece fácil y nos lleva a …ninguna parte. Pero hay que bajar, y nos lanzamos cuesta bajo, como podemos, por una pronunciada pendiente, peligrosa por lo abrupta, las piedras sueltas, la tierra resbaladiza, los matorrales que pinchan… Echamos mano de nuestros conocimientos científicos y encontramos la solución : bajar el centro de gravedad. ¡ Culo a tierra ! Una veces de forma voluntaria, otras involuntaria, trazamos un nuevo camino con nuestras posaderas. Volvemos a practicar nuestros deportes favoritos. Y llegamos todos sanos y salvos. ¡ Una para recordar ! Hay que resaltar el arrojo y coraje de nuestra chicas, que merecería un diploma oficial.
Ya el resto fue coser y cantar. Después de lo pasado, una autovía forestal hasta los coches. Nos refrescamos, espigolamos cítricos de una furgoneta amiga, y nos despedimos. A comer y descansar, nos lo hemos ganado.
¡ Portaos bien y nos os metáis en líos !
Luis dijo:
ResponderEliminarabril 4, 2011 en 7:06 pm (Editar)
Hola chic@s, que tal de agujetas ? He visto en wikiloc la ruta del sábado; de ahí la descargó Jorge. El autor la califica de dificultad “fácil”. Evidentemente no es así, al menos para gente normal. Será un superdotado, se lo haremos saber. Podéis verlo entrando en wikiloc, senderismo, ruta Fte del Oro-Puntal dels Moros-Penya Rotja–El Salt-Moncudio-El Puntal de Mateo-El Pí .
Afortunadamente todo quedó en aventura para contar. Llevamos casi un año haciendo rutas magníficas y así seguiremos. Esto nos servirá para no fiarnos de criterios tan subjetivos, y centrarnos en senderos bien delimitados y a ser posible señalizados.
¿Qué opináis ?
Un abrazo.