jueves, 26 de mayo de 2011

Excursión Nº 12 Vall de la Gallinera - 16-04-2011

 Portada

 Plano 1

 Plano 2

• Provincia Alicante
• Comarca Marina Alta
• Altitud 95 msnm
• Distancias 100 km a Valencia

 Foto 1

 Foto 2

 Foto 3



1 comentario:

  1. Luis dijo:
    abril 18, 2011 en 6:52 pm (Editar)

    A QUIEN MADRUGA……EL TIEMPO LE FASTIDIA.
    DE LA GOLOSA A LA FORADÁ, TOT SON PENYES

    Pues eso, después del madrugón la climatología no ayudó, y no era cosa de ir hasta el Penyagolosa y no poder ver más que nubes y sufrir un aguacero. Deliberamos, decidimos cambiar de ruta, nuestros rastreadores se pusieron manos a la obra y se decidió ir hacia el sur, que parecía estar más despejado. Nuevo destino: Vall de la Gallinera.

    Ya de camino cayó un buen chaparrón, pero para desanimarnos hace falta algo más, un terremoto al menos. Y llegamos a Benialí, primero de los ocho pueblos del valle, con sol y nubes. Para empezar bien, lo primero almorzar: terracita al sol, embutido del lugar y otros contundentes bocatas, vinito y “cremaet” para finalizar.

    Iniciamos la andadura, y como el pueblo es bonito, con un hermoso lavadero-fuente, le dimos unas vueltas antes de encontrar el camino, para verlo bien, no por otra cosa. Un tranquilo y bonito paseo pronto nos llevó a Benissivá y Benitaia; hay que ver lo que hace la crisis, estaban en oferta, dos por uno, tan pegaditos están.

    Entre bancales de impresionantes muros de piedra seca, que parecían lienzos tejidos con dibujos geométricos, sobre nuestras cabezas un cielo que barruntaba tormenta, íbamos ascendiendo las laderas cubiertas de carrascas, algarrobos, olivos, almendros y sobre todo, sus afamados cerezos, ya con fruto casi todos, pero verdes todavía: eso les salvó. Pero nos conjuramos en volver cuando podamos aliviarlos de su pesada y roja carga.

    Pasamos por Carroja, con su iglesia y su torre coronada con cimborrio , vimos una gran piedra de molino, sin duda de la antigua almazara, pero nos negamos a comulgar con ella.

    Entre trinos de pájaro, huellas de jabalí, el perfume del romero, el tomillo, el espliego y otras (buenas) hierbas, y un poco de sudor por nuestra parte, alcanzamos Alpatró, curioso nombre para el último pueblo de los que recorrimos, muy bonito, sus casas bien arregladas, y varios alojamientos rurales. De aquí iniciamos la vuelta por distinto camino, y enfilamos hacia Correja con la Foradá en lo alto de la sierra., como lucero del mediodía que nos guiaba.

    Ya en el pueblo se oye rugir algún intestino, y nos planteamos comer, antes que fuera muy tarde. Y encontramos el mesón La Cueva. No tienen menú. Nos ofrecen un poco de pollo, algo de vino y un café por 12 euros. ¿Será la Cueva de Alí-Babá ? Rechazamos tan pantagruélico y barato festín y enfilamos la ascensión, ligeros se sube mejor. Llegamos al pie mismo de La Foradá, con impresionantes vistas de todo el valle. Dejamos para la próxima visita el atravesarla, aunque estamos seguros de poder hacerlo sin necesidad de ponernos a régimen.

    Bajamos hacia Benissivá entre grandes extensiones de ciruelos y algunos campos de naranjos, nos cruzamos con cuatro o cinco millones (“sin exagerá“) de senderistas de Cocentaina que han arrasado los bares del pueblo y decidimos volver a comer en el mismo bar que almorzamos, total es un kilómetro más. Y allí lo hacemos opíparamente, en la terraza que mira a la sierra, con cervecita fresca, ensaladas, grandes y sabrosos bocatas, café y sonrisas, todo por 6, 50. Alí-Babá se comió el pollo el solito.

    Y a casita, que todo tiene su fin. Una magnifica ruta, al final no llovió y salió el sol, nos reímos, echamos de menos a los ausentes y quedamos con ganas de volver para ver la célebre alineación solar de La Foradá con el convento franciscano de Benitaia , al estilo de la de Stonehenge . ¡Pero el Penayagolosa no se librará de nosotros!.

    ¡ Portaos bien y no os metáis en líos, chic@s !

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