jueves, 26 de mayo de 2011

Excursión Nº 11 El Espadan 09-04-2011

 Portada

Plano 1

Plano 2

• Provincia Castellón
• Comarca Alto Palancia
• Partido judicial Segorbe
• Altitud 411 msnm
• Distancias 71 km a Valencia

 Foto1

 Foto2

 Foto3



2 comentarios:

  1. Maruja Oro dijo:
    abril 11, 2011 en 7:40 am (Editar)

    Doy fe de que todo lo escrito es cierto, es de destacar el buen ambiente que reina en el grupo y la alegría con la que nos incorporamos cada sábado esperando nuevas rutas, nuevas emociones y ¡cómo no..!los comentarios de nuestro querido redactor.También es de destacar la labor de Jorgecon su GPS y Ximo buscando rutas y organizando las salidas, cosa que lleva tiempo y cierta complejidad.No quiero dejar de agradecer a nuestro intendente todo el aporte vitamínico que ha hecho posible que hayamos sido capaces de coronar picos, sortear escollos, cruzar barrancos y…soportar las inclemencias del tiempo.En cuantoa los cafés de Carmelo sin comentaríos porque, a pesar de no dormir, no nos falla ni un día y además lo transporta sin rechistar y aun le quedan fuerzas ir en cabeza.En fin que ¡¡¡somos maravillosos!!!

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  2. Luis dijo:
    abril 10, 2011 en 8:05 pm (Editar)

    LOS DIOSES EN CONTRA

    Nuestra objetivo: Pico Espadán. Nuestra misión: coronarlo. Nuestra fuerza: ilusión y preparación.

    Con la ilusión a tope, y la exhaustiva preparación física demostrada en la ruta de los cinco picos, nos dispusimos a acometer el Pico Espadan, emblema de la sierra. Aún hubo quién, como preparación extra, justo antes de partir practicó el “descenso de sofá por escalera”, método infalible para calentar los gemelos (de las piernas), y el resto del cuerpo, claro.

    Partimos a nuestro destino. Los del segundo coche, fingiendo un despiste, optamos por darnos un garbeo por Vinaroz y tomarnos unos langostinos como suplemento energético. Así y todo, apenas nos esperaron cinco minutos, y además se creyeron lo del despiste.

    Llegamos al fin al área recreativa Fuente de la Calzada, de etimología clara: los coches se dejan al lado de la carretera. De allí partimos, subiendo hasta el cruce que por la derecha baja al Barranco de Aguas Negras, y por la izquierda sube a la Nevera. Nosotros, “parriba”. Un bonito camino entre olivos, alcornocales despellejados, almendros y cerezos en flor. ¡ Hay que volver por aquí cuando estén en fruto !. ..se oía a los recolectores.

    Alcanzamos la Nevera, que a pesar de estar a primeros de mes estaba pelada, y además, estropeada: no enfriaba nada. Tras un brevísimo descanso, acometimos fieramente lo que nos había llevado hasta allí: la conquista del P.Espadán, sin oxígeno, sin porteadores, sin mulos, y lo que es peor, sin una cerveza fresca que echarse al coleto. ¡ Ni ese afamado limón granizado procedente de La Marina !

    Al contrario, al parecer, Zeus, quizá desairado por nuestro pobre sacrificio ritual, nos enviaba a Céfiro, el viento del Oeste, pero no como suave brisa primaveral, sino calentito como aliento de leona en celo, vamos lo que por aquí se llama “ponentá”. No nos iba a amedrentar, seguimos adelante, afortunadamente la diosa Flora nos echó una mano y nos protegía algo. Almorzamos en plena pendiente, para que nuestras piernas no se dieran a la molicie, a pesar de que a diez minutos había un lugar mucho más cómodo. En la ascensión, como quién no quiere la cosa, tomamos trincheras y nidos de ametralladora que se oponían a nuestra conquista. No hicimos prisioneros, bastante teníamos con subirnos a nosotros mismos.

    Una vez arriba, nos dirigimos al punto geodésico, chisme que sin duda tendrá su utilidad topográfica, pero que para nosotros representa una oportunidad nunca perdida de subirnos a su chepa, y a ser posible hasta la mismísima cocorota. Ahí se vio la óptima condición física que proporciona la bajada de sofás. Ver la magnífica documentación gráfica que se acompaña.

    Cumplido el irrefrenable deseo, quedaba el último obstáculo. ¿ Quién coronaría primero el Pico ? Aquilea, la de los pies ligeros, en claro desafío a Zeus, y los demás detrás. Allí gozamos de la excepcional panorámica de la toda la sierra, sólo la bruma que el calor había levantado nos impidió ver La Columbretes, que en día límpido probado está que se alcanza a percibir.

    Con la satisfacción de la meta alcanzada, iniciamos el descenso, confraternizando en la Fuente La Parra con ciclistas, senderistas (¡que pasada les dimos en el camino!), y una ingente multitud de abejas que nos disputaban el agua fresca que manaba. Bien nos vino, que los dioses nos apretaban cada vez más con el calor. Tras breve titubeo sobre el camino, nos lanzamos cuesta abajo hacia el Barranco de Aguas Negras, mucho mas seco que el otoño pasado, pero siempre interesante. Algunos se lavaron los pies, pero conste que lo de aguas negra ya venía de antes.

    Llegados a Fuente de la Calzada, tomamos posesión de las mejores mesas y bancadas, a la sombra, y comimos y bebimos, charlamos y planeamos nuestra próxima excursión: atacaremos El Peñagolosa, y pese a su proverbial elegancia e inmutable serenidad, veremos si no la ponemos de los nervios.

    P.D: M,J., seguro que allí hay helados, y tu ya estarás en plena forma.

    ¡ Portaos bien y nos os metáis en líos !

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