Fiesta en la cumbre: árboles de espuma, velas desplegadas, almendros en flor. La primavera se anuncia sin estridencia.
Sin estridencia llegamos a Almedijar, puerta de entrada al barranco de Almanzor. Ocho contumaces senderistas, dispuestos a arrostrar los peligros inherentes al internarse en tierras moriscas en estos tiempos de revueltas, de caudillos derribados de su pedestal de barro.
Quedan en el pueblo el grueso de la expedición; los dos conductores iremos hasta Ain para dejar allí el camello grande, que utilizaremos en el regreso a Almedijar. Doce Km. de cerradas curvas y estrecha carretera, ida y vuelta, nos llevan su tiempo, y hacen temer a los compas que los hubiéramos abandonado, seducidos por alguna bella esclava de verdes ojos…
Pero volvemos, y juntos iniciamos el camino. Tan a gusto caminamos entre el nudista bosque de alcornoques y carrascas que, olvidándonos de nuestro amigo el “parato” nos pasamos el desvío que debíamos tomar para ascender hasta la carretera, una pequeña propina . Una frondosa y empinada senda, cruzamos la carretera, y enseguida iniciamos el camino de La Mosquera. . Pista forestal, camino ascendente pero fácil, pronto sospechamos el porqué del nombre ¡ cuanta mosca y que pesadas !
Almorzamos, claro está, sin privarnos de nada, sin invitar a las moscas, con exquisitos dulces de morisca ascendencia, libando vino, que cristianos viejos somos, y proseguimos la aventura.
¡ Aquí querríamos ver a sir Edmund Hillary!, sin sherpas que le acarreen los pesadas mochilas, escalando el pico Ibola a pecho descubierto, sin oxigeno,….sin resuello también, así de chulos somos. Hubo quién holló la cumbre a marcial paso de la oca, hubo quien, coqueta, perfiló sus labios con carmín, y alguno hubo que quizá trastornado por el esfuerzo la imitó, cual travestón verbenero…..
Pico Espadán, Peña Blanca, Pic Bellota, Puntal de L’Aljub, y al fondo nuestro querido Penyagolosa, desde tantos lugares visto, y hasta Javalambre con nieve todavía,,,,,valía la pena subir . Fotos (preciosas), risas, e iniciamos la bajada, hay que comer todavía. Encontramos el restaurante adecuado, como de costumbre, bueno, barato, bonito, sol y sombra, buen servicio, sin niños ni perros, sin tabaco, buenos olores, buen vino, tarta, tejas… el café frío, pero hasta supo bien, ¡ xé de categoría !
Llegamos a Ain bordeando el castillo moro, bueno lo que queda ( ¿vendrá de ahí Al Queda?), y nos apretamos en el camello los ocho, algún afortunado muy bien flanqueado, sin cinturón pero con airbags, había que verle la cara…..
Curvas, curvas, curvas, curvas,,,Almedijar. Y a Valencia, contentos, deseando que llegue el próximo sábado, la incierta ventura, la buena compañía…
Maruja Oro dijo: marzo 1, 2011 en 9:05 am (Editar)
No se que decirte Luís, como siempre , me gusta mucho tus relatos y me lo paso en grande recordando cada momento del sábado .No se te escapa ni una, bueno si, lo de la recolecta de espárragos pero por esta vez se te perdona.Aunque se que es un poco pesado, te animo a que nos sigas deleitando con escritos, creo que todos los esperamos con ilusión.
Luis dijo:
ResponderEliminarfebrero 28, 2011 en 10:46 pm (Editar)
Fiesta en la cumbre: árboles de espuma, velas desplegadas, almendros en flor. La primavera se anuncia sin estridencia.
Sin estridencia llegamos a Almedijar, puerta de entrada al barranco de Almanzor. Ocho contumaces senderistas, dispuestos a arrostrar los peligros inherentes al internarse en tierras moriscas en estos tiempos de revueltas, de caudillos derribados de su pedestal de barro.
Quedan en el pueblo el grueso de la expedición; los dos conductores iremos hasta Ain para dejar allí el camello grande, que utilizaremos en el regreso a Almedijar. Doce Km. de cerradas curvas y estrecha carretera, ida y vuelta, nos llevan su tiempo, y hacen temer a los compas que los hubiéramos abandonado, seducidos por alguna bella esclava de verdes ojos…
Pero volvemos, y juntos iniciamos el camino. Tan a gusto caminamos entre el nudista bosque de alcornoques y carrascas que, olvidándonos de nuestro amigo el “parato” nos pasamos el desvío que debíamos tomar para ascender hasta la carretera, una pequeña propina . Una frondosa y empinada senda, cruzamos la carretera, y enseguida iniciamos el camino de La Mosquera. . Pista forestal, camino ascendente pero fácil, pronto sospechamos el porqué del nombre ¡ cuanta mosca y que pesadas !
Almorzamos, claro está, sin privarnos de nada, sin invitar a las moscas, con exquisitos dulces de morisca ascendencia, libando vino, que cristianos viejos somos, y proseguimos la aventura.
¡ Aquí querríamos ver a sir Edmund Hillary!, sin sherpas que le acarreen los pesadas mochilas, escalando el pico Ibola a pecho descubierto, sin oxigeno,….sin resuello también, así de chulos somos. Hubo quién holló la cumbre a marcial paso de la oca, hubo quien, coqueta, perfiló sus labios con carmín, y alguno hubo que quizá trastornado por el esfuerzo la imitó, cual travestón verbenero…..
Pico Espadán, Peña Blanca, Pic Bellota, Puntal de L’Aljub, y al fondo nuestro querido Penyagolosa, desde tantos lugares visto, y hasta Javalambre con nieve todavía,,,,,valía la pena subir . Fotos (preciosas), risas, e iniciamos la bajada, hay que comer todavía. Encontramos el restaurante adecuado, como de costumbre, bueno, barato, bonito, sol y sombra, buen servicio, sin niños ni perros, sin tabaco, buenos olores, buen vino, tarta, tejas… el café frío, pero hasta supo bien, ¡ xé de categoría !
Llegamos a Ain bordeando el castillo moro, bueno lo que queda ( ¿vendrá de ahí Al Queda?), y nos apretamos en el camello los ocho, algún afortunado muy bien flanqueado, sin cinturón pero con airbags, había que verle la cara…..
Curvas, curvas, curvas, curvas,,,Almedijar. Y a Valencia, contentos, deseando que llegue el próximo sábado, la incierta ventura, la buena compañía…
¡Portaos bien, chicos, y no os metáis en líos!
Maruja Oro dijo:
ResponderEliminarmarzo 1, 2011 en 9:05 am (Editar)
No se que decirte Luís, como siempre , me gusta mucho tus relatos y me lo paso en grande recordando cada momento del sábado .No se te escapa ni una, bueno si, lo de la recolecta de espárragos pero por esta vez se te perdona.Aunque se que es un poco pesado, te animo a que nos sigas deleitando con escritos, creo que todos los esperamos con ilusión.