Hoy tocaba ruta de medio día: cerca, sencilla, tranquila….¿Tranquila ? Tranquimazin es lo que nos tuvimos que tomar nada más llegar, al percatarnos que se nos habían infiltrado en el grupo dos peligrosos miembros de la Kale Borroka, en concreto de su facción Rafeli Barraketa, al parecer en situación de becarios en nuestra comunidad. Gracias a la rápida y decidida respuesta de nuestros compañeros fueron neutralizados con una contundente administración (vía oral) de mandarina, arma que siempre tenemos a mano. Con su dulcísimo sabor nos calmamos todos.
Repuestos del shock, iniciamos nuestra andadura por los bellos parajes de Eslida, después de un breve pero interesante cursillo en una ebanistería. Correspondimos al amable artesano con una provechosa visita al servicio. Enseguida llegamos al puente, y aprovechamos un enorme árbol caído, no para hacer leña, sino una foto. Algún temerario quería que fuera con todos arriba, pero extrañamente se impuso la cordura.
Siempre subiendo, con suave pendiente y nuestras “recolectoras” aligerando la pesada carga de los olivares y almendros, llegamos al deseado momento del almuerzo. De los habituales manjares dimos buena cuenta, sin faltar café y copa (de pino), y unos cuantos chistes se oyeron, que la risa ayuda a digerir mejor. ¡ Pues claro que regamos, faltaría más! Hasta hubo quien se tomo la molestia de abonar…..
Reanudado, el camino, dejamos una cueva a la izquierda, no prometía mucho. Ximo nos estuvo deleitado todo el camino con la lectura, al estilo de los monjes en los monasterios, de la ruta que íbamos haciendo. Todo iba bien hasta que un conejo apareció súbitamente entre las piernas….y perdimos la pista.. ¡ Que tendrán los conejos para marear así al personal y hasta a los “paratos” mas sofisticados!
Pero llegamos de nuevo a Eslida sin problemas: compramos miel, confraternizamos con otros senderistas y ciclistas de recio porte, y arrancamos rápidos hacia Valencia, que era hora de comer y..…¡no llevábamos comida!
luis
ResponderEliminarHoy tocaba ruta de medio día: cerca, sencilla, tranquila….¿Tranquila ? Tranquimazin es lo que nos tuvimos que tomar nada más llegar, al percatarnos que se nos habían infiltrado en el grupo dos peligrosos miembros de la Kale Borroka, en concreto de su facción Rafeli Barraketa, al parecer en situación de becarios en nuestra comunidad. Gracias a la rápida y decidida respuesta de nuestros compañeros fueron neutralizados con una contundente administración (vía oral) de mandarina, arma que siempre tenemos a mano. Con su dulcísimo sabor nos calmamos todos.
Repuestos del shock, iniciamos nuestra andadura por los bellos parajes de Eslida, después de un breve pero interesante cursillo en una ebanistería. Correspondimos al amable artesano con una provechosa visita al servicio. Enseguida llegamos al puente, y aprovechamos un enorme árbol caído, no para hacer leña, sino una foto. Algún temerario quería que fuera con todos arriba, pero extrañamente se impuso la cordura.
Siempre subiendo, con suave pendiente y nuestras “recolectoras” aligerando la pesada carga de los olivares y almendros, llegamos al deseado momento del almuerzo. De los habituales manjares dimos buena cuenta, sin faltar café y copa (de pino), y unos cuantos chistes se oyeron, que la risa ayuda a digerir mejor. ¡ Pues claro que regamos, faltaría más! Hasta hubo quien se tomo la molestia de abonar…..
Reanudado, el camino, dejamos una cueva a la izquierda, no prometía mucho. Ximo nos estuvo deleitado todo el camino con la lectura, al estilo de los monjes en los monasterios, de la ruta que íbamos haciendo. Todo iba bien hasta que un conejo apareció súbitamente entre las piernas….y perdimos la pista.. ¡ Que tendrán los conejos para marear así al personal y hasta a los “paratos” mas sofisticados!
Pero llegamos de nuevo a Eslida sin problemas: compramos miel, confraternizamos con otros senderistas y ciclistas de recio porte, y arrancamos rápidos hacia Valencia, que era hora de comer y..…¡no llevábamos comida!
¡ Portaos bien y no os metáis en líos !